No importa cual sea tu Dios.
Cada uno se queja de lo que le duele.
Pero la queja nos roba energía, no nos deja avanzar.
Hasta físicamente el derecho a la pataleta, rabia, genera en nuestro organismo cortisol que nos autoenvenena, ya que es sumamente dañino.
Tony no se queja.
Él da gracias.
... Yo también doy gracias.
... Yo también doy gracias.
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